sábado, 29 de junio de 2013

Haber sentido inseguridad con SANITAS, incomprensible

Quizás escribir esto ahora, cuando aún todo está tan reciente no sea tan buena idea, pero no me sale de otra forma. La situación que hemos vivido en la recepción de un hospital privado ha sido de lo más indignante, más aún tratándose de mi hijo.

Guille se ha caído y se ha hecho una pequeña brecha encima de la ceja. Hemos salido pitando para el hospital. ¿Por qué privado? No sé, podríamos haber ido al de la Seguridad Social, pero tenemos un seguro privado precisamente para momentos como este, que a priori te atienden más rápido. Nos hemos dado de bruces con una burocracia que no nos esperábamos. De aquí se pueden sacar mil debates sobre salud privada o pública, pero la cuestión es que fuimos a un hospital privado y ya está. De igual forma que vamos al ambulatorio de la seguridad social donde tenemos su pediatra cotidiana. Usamos los dos sistemas de salud y para las urgencias, por el tema de la rapidez y la comodidad, optamos por el privado.

Nos dicen que la brecha necesita puntos y que sería conveniente que fuera un cirujano plástico quien le hiciera la sutura para evitar cicatrices feas. Ellos no tienen cirujanos plásticos de guardia, así que nos derivan a otro hospital donde sí que tienen. Este hospital es el Viamed Santa Ángela de la Cruz, en Sevilla: servicio estupendo, a nuestra disposición en todo, cariño y cuidado. El hospital al que nos derivan, el Quirón Sagrado Corazón, también en Sevilla, servicio también estupendo, médicos y cirujano con una única preocupación, el niño.

¿Cuándo viene el problema? A la hora de pedir la autorización a nuestra aseguradora, SANITAS. La actuación de un cirujano plástico (por ser plástico) a priori no lo cubre la póliza. Solo es posible mediante informe del cirujano plástico en cuestión y autorización del tribunal médico. El informe del cirujano plástico no es obstáculo. El obstáculo es que, al ser sábado, el tribunal médico está cerrado. Cubren sutura normal, es decir, que lo cosa un cirujano general, con el riesgo de que la costura no sea todo lo fina que debiera ser y que la cicatriz, estando en el lugar donde está (SOBRE LA CEJA), se quede fea y antiestética. Sin menospreciar a un cirujano general (Dios me libre de una cosa tan absurda), si un médico te dice que es mejor que sea un cirujano plástico, ¿tú qué haces? Pues eso.

Si la explicación para la no autorización era otra, no me lo han explicado bien y mi nerviosismo por la situación no justifica que yo haya podido entender otra cosa.

Las cuestiones que se abren ante esto son muchas, me quedo con esta:

-      ¿Un tribunal médico de una aseguradora de SALUD está cerrado porque es fin de semana? ¿Tendría que esperar al lunes para que le dieran la autorización? ¿Le digo al pequeño que haga el favor de no caerse y hacerse brechas los fines de semana y que procure hacerlo solo de lunes a viernes? INCOMPRENSIBLE. Yo no conozco las formas de trabajar de las aseguradoras de salud, pero lo lógico y normal (al menos lo lógico y normal para las mentes mundanas como la mía) es que, igual que hay guardias en hospitales y centros de salud con el personal sanitario, también los haya en este tipo de organizaciones porque la salud es algo IMPREVISIBLE. 

Aparte queda mi indignación por estar pagando un dinero importante al mes, un dinero que nos cuesta un esfuerzo económico, un dinero que es superior a muchos otros seguros médicos, y que me respondan, en el momento de la verdad así.

Aparte queda también que todo esto ha pasado en la recepción de un hospital privado, al teléfono con una chica que seguramente no tiene ninguna responsabilidad sobre lo que ha pasado y que se ha tenido que tragar y responder con respeto a unos padres que, lejos de perder la educación, se encontraban bastante nerviosos. Cuanto y más al estar observados por la gente de alrededor.

Y no queda nada aparte que yo hoy he sentido inseguridad con respecto a la salud de mi hijo y que me la ha provocado una aseguradora de salud, SANITAS, cuya misión es precisamente la contraria. Que no somos ingenuos, que sabemos que una aseguradora es una aseguradora y la relación que hay entre nosotros es una transacción económica para que nos presten un servicio, pero el objeto de ese servicio es el más delicado de todos los que existen: la SALUD. Solo por ello no deberían dejar en la estacada a sus clientes y que la solución no fuera NO AUTORIZAMOS cuando tienes a tu hijo con una brecha, sino otra vía por la que el paciente fuera lo principal.


¿Cómo ha quedado todo? En el hospital, primando lo que realmente es importante, han suturado a mi hijo. Lo ha suturado un cirujano plástico, sí. Le han dado cinco puntos. Ha expedido el informe pertinente de necesidad de tal acción y ahora se tendrán que pelear hospital y aseguradora para los costes de la intervención. Lo peor que nos puede pasar es que paguemos la misma, asumido lo tenemos. Igual de asumido que estaremos con SANITAS hasta que finalice el año, porque no nos queda otro remedio, y que luego buscaremos otro seguro médico privado porque el problema no han sido los médicos sino la aseguradora. 

jueves, 27 de junio de 2013

Cosas de madre 13: Operación "Pañal Fuera"

Estamos en esos días del mes… en que hemos empezado a estar sin pañal. Los hemos desahuciado sin contemplaciones y yo no sabría decir cuál de los dos estaba menos preparado para semejante trance, si mini M. o yo. Más bien yo, porque mini M., el primer día sin pañal, se siguió comportando como si lo siguiese llevando, es decir, haciéndose todo allá donde le cogiera.

Ahora llevamos cuatro largos días en los que tengo la casa cubierta de empapaderas: en su cama, en la mía, en el sofá, hasta en la sillita del coche tengo una. A veces es algo inútil, pero necesario al fin y  al cabo. Reconozco que quitarlo de hacer lo que sea, la mayoría de las veces jugar, para ir al baño cada quince minutos debe ser un fastidio. El peque en ocasiones va como un cordero al matadero cuando le digo algo del baño y otras se escapa por la casa huyendo del destino cierto que le espera, a saber, diez minutos mínimos animando a su pipí a salir para luego decirle adiós tirando de la cadena. Por eso el cuarto de baño se ha convertido en otro espacio de juego en el que abundan los juguetes. Y cuando no, lo intentamos sentar en el “coche del pipí”, un orinal en forma de coche que se pone por montera en el momento más inesperado.




Paciencia me dice todo el mundo y yo, de momento, he comprado otro par de cajas de slips para no desquiciarme con las lavadoras y los lavados a mano.

martes, 25 de junio de 2013

Cosas de madre 12: El relax del guerrero

Como dirían algunos, ¡qué me gusta lo que hago! Esta foto me gustó y la twiteé con el significado más profundo: el relax del pequeño personaje me fascina, qué bien vivir así.



El tweet original decía: "Viernes, bibi, Dora, relax... Buenos días!".

jueves, 20 de junio de 2013

Cosas de madre 11: Las nuevas habilidades

Acompañar al pequeño personaje en su aprendizaje está siendo un viaje fantástico y sorprendente. No me cansaré de decir que día a día veo cambios, diferencias y todo eso me fascina. Y como yo peco de lo que pecan todas las madres: sí, esto es diferente a todo lo que puedan vivir las demás mamás del mundo.

Aunque de esto ya hace un par de semanas, la baja por enfermedad nos cogió desprevenidos y  no lo pude postear en su momento: mini M. salta con las dos piernas a la vez. No levanta un dedo del suelo, pero se le ve tan feliz intentándolo. A mí, que me encanta ver la postura que toma para hacerlo, le animo diciéndole: “¡Salta, salta!”. El pobre mini. M. se pone nervioso y termina descoordinando, natural.



Ahora toca ver si logramos controlar la bajada de escaleras. Será arduo, lo sé, pero conseguiré que no se tire como un kamikaze bajando tres escalones de una sola vez.

lunes, 17 de junio de 2013

Cosas de madre 10: De Dalsys, Apiretales, Virus y Bacterias

Dos semanas de ausencia y parece que he estado fuera toda una vida. He visto como la vida digital pasaba delante de mis ojos y no podía, ni quería, hacer nada por participar en ella. El pequeño personaje se ha puesto malito y hemos hecho una visita al hospital de varios días, tras otros tantos de convalecencia en casa. Agotamiento mental y físico, ¿y yo quiero tener otro? La raza de las madres está extrañamente majara.

Estos días me ha dado por pensar mucho, mucho. Y una de las cosas en las que más ha incidido mi pobre mente insistente es en la necesidad de enseñar a los padres a tratar con las enfermedades de los más pequeños. ¿Por qué no supe nada de Apiretales y Dalsys hasta que no los necesité? ¿Por qué en las clases de preparación al parto me hablaban de cómo amamantar a mi futuro bebé o de las mejores cremas para el culito y no de qué cosas pueden afectarle y qué tengo a mano para tratarlo? Apiretal, Dalsy, Eupeptina (comprada pero no llegada a utilizar), supositorios de glicerina, supositorios para la fiebre, Ventolín… A mí, con que me hubieran hablado de los dos primeros, me hubiera bastado. Y ya si me hubieran dicho desde el principio que Apiretal era paracetamol y Dalsy, ibuprofeno, le hubiera estampado un besazo a la monitora. Los baños de agua fresca para fiebres de cerca de 40 ya están agregados en la sabiduría popular (más bien en la sabiduría popular del señor M.).




En fin, vuelvo al ruedo poco a poco, sabiendo que esta lucha contra un bicho invisible (que no inexistente) no es más que una entre mil. Más peligro tienen los virus y bacterias que las caídas y las peleas.

lunes, 3 de junio de 2013

Cosas de madre 9: Y la solución es...

Antes de nada, me gustaría disculparme por haberme hecho tanto de rogar a la hora de publicar las soluciones. Prometo que no ha sido una estrategia para atraer lectores o mantener en vilo a los que ya tengo. Más bien ha sido un error de tiempo, ese error de tiempo que sufro tan asiduamente y sin que me dé cuenta desde que soy madre: de repente son las diez de la noche y no sé qué he estado haciendo desde las ocho de la mañana. Mirar el reloj se ha convertido ya en una experiencia de alto riesgo porque me devuelve lecturas sorprendentes. El fin de semana tuve que asimilar que el post de soluciones sería para el lunes, ¡qué remedio!

Una vez dicho esto, me gustaría agradecer todos vuestros comentarios y denodados intentos por descifrar el lenguaje del pequeño personaje. Os habréis sentido como yo el 95% del tiempo que paso con él: confusa y sin saber para dónde tirar. Sin embargo, he encontrado que algunos tienen una gran capacidad de entendimiento, les envidio. Como José María Ruiz Garrido, de La parejita de golpe, que ha acertado gran cantidad de cosas.

Sin más dilación, paso a las soluciones:

Autú oho: autobús rojo.

Aaló: Pantalón.

Umo: Zumo. (Últimamente, mumo).

Ava: Agua.

O-e-oha:  Bob Esponja.

Tata:  Caca, vaca, según contexto.

Tate: Chocolate.

Tato: Zapato.

Iaio: Caballo.

Iaie: Calle.

Toto: Moto. (Ver La moto de Spiderman).

Ohe: Coche.

A-ommí: A dormir.

Abe: Tablet.

Pepa: Pepa, tal cual. Tengo que confesar que puse esta palabra pensando en Pepa, el pájaro de su abuela Joaqui. Pero claro, Pepa Pig estaba antes y sí, decía Pepa (mal que me pese porque me cae fatal).

Naí: Nariz.

Nano: Mano.

Atí: Aquí.

Enanio taí: Cumpleaños feliz. (Complicado, ¿verdad? Pues hasta que yo lo saqué…)

Oto (¡oto, oto, oto!): ¡Otro, otro, otro! (Siempre de tres en tres).

Alú: La luz.


Pues hasta aquí las soluciones, ¿os sorprendieron algunas?