domingo, 27 de marzo de 2011

Domingo, un descubrimiento, una recomendación y un mensaje

Bueno, la semana ha sido dura, dura, dura. La cuesta comenzó a empinarse desde el lunes y no paró de subir hasta el viernes. Para entonces mis tobillos parecían botas, mi cabeza iba a estallar y el sueño se apoderaba de todos mis actos conscientes de un modo un tanto peligroso. (Menos mal que Prudencia estaba sentada junto a mí en el coche, no está mal llevarla de copiloto).

¿Cuál es el descubrimiento? En esta ocasión no se trata de nada relativo a los bebés ni a síntomas del embarazo desconocidos para mí ni nada de eso. En este apartado del post, digamos que vuelvo a ser una persona, no una incoherencia matemática. Es una cantante a la que tengo de fondo tocando ahora mismo, mientras escribo esta entrada y mientras blogueo poniéndome al día en el gran número de entradas que me había perdido. Es Adele. Yo nunca he entendido mucho de música, me guío por si me gusta una canción o no. No sé de estilos ni de modas ni de nada. Si me gusta, me gusta; si no, no. Por ejemplo, no entiendo el fenómeno Lady Gaga; y tampoco entiendo que no haya descubierto a esta cantante antes. Por cierto, he leído que es soul. ¿Seré ten chic que me gusta el soul? Jejejejej...

¿Recomendación? Entrad en YouTube y escucharos la selección de canciones que hay colgadas. Sobre todo de directos, claro.

¿El mensaje? ¿Esperabais que una embarazada no hablara de su estado? Ni lo soñéis, es inevitable. Aunque durante un momento mi yo de siempre se haya asomado a la terraza, la gorda en la que me estoy convirtiendo lo ocupa todo de modo tan rotundo que... le digo a mi nene: "Eres al único al que permito que me patee la vejiga".

Chaoo!!

domingo, 13 de marzo de 2011

Las premamás no tenemos derecho a moda

Siendo domingo por la tarde y mañana reincorporándome al trabajo tras ocho días de vacaciones, ¡podría escribir de tantas cosas! Pero prefiero ocultar mi frustración y mis sensaciones extrañas para mejor momento y aquí traigo una reflexión a la que he llegado en los últimos meses. Tenía el post preparado, espero que os guste y, si estáis en la misma situación que yo, os sirva de algo.

Esto es algo a lo que he llegado en conclusión después de varios paseos con la cartera llena (es una forma de hablar), las intenciones positivas y el resultado: manos vacías.

Podría hacer un análisis profundo de la moda premamá del momento en las tiendas de uso común de la mayoría de las mortales: Zara, Mango, Massimo Dutti, etc. Pero no lo voy a hacer, voy a dar unas cuantas pinceladas de lo que me he encontrado en estas últimas semanas.

Zara no ofrece nada interesante. Ha introducido algunos pantalones vaqueros premamá cuya calidad deja que desear al lado de otros pantalones - sobre todo en el material del que está hecho el canguro (esa tira ancha que abraza tu barriga protuberante y de cuyo nombre me he enterado hace poco) -. A parte de eso... quizás traen algunas blusas sosas, alguna camiseta sin ningún tipo de pretensión y todo eso en un "corner" (es que he decidido escribir con propiedad, jejeje) que no tiene más de veinte centímetros cuadrados. No sé si es que piensan que como ahora la moda no es ceñida, que abundan los blusones, pueden ahorrarse un esfuerzo en esa otra línea. Pero ya les digo yo que no. No tiene nada que ver la ropa hecha exprofeso para embarazadas que las que te pones porque son anchas, estas últimas hacen un efecto "mesa camilla" nada favorecedor.

Massimo Dutti, simplemente no lo contemplan. No hay nada. Puedes aprovecharte de su gran abanico de blusones con los que te agasajan cada principio de temporada, pero como ya dije antes, no convencen por completo.

Mango, cero patatero. Ya entraba poco por diferentes razones ajenas al post, pero ahora entro menos.

Blanco, Bershka, Stradivarius... Por supuesto, todas estas tiendas han quedado fuera de mi radio de acción por el tema de la edad hace ya mucho tiempo. Me siento como cuando mi madre me acompañaba a comprarme ropa de adolescentes: pienso que lo único que le falta a cada una de las tiendas es una barra americana y un podium para gogós. Aunque en los últimos tiempos he pensado que no les vendrían mal hacer una línea premamá para sus clientas, ya que su público objetivo es un nicho de mercado premamá bastante poco explorado. (Aunque supongo que quedaría políticamente incorrecto).

Y ahora, saltándome más tiendas en la que los resultados fueron simplemente nulos, me voy a las estrellas:

H&M. Gran hallazgo. El corner de premamá es pequeño, pero suficiente. Todo tipo de pantalones: vaqueros, que por cierto tienen calidad y quedan estupendamente; con lycra y pitillos, perfectos, yo misma tengo unos en grises y son de los que más me gustan; pantalones de verano, tipo cacería; mallas... etc. En el ámbito de los blusones, volvemos a los mismos blusones sosos, pero también a camisetas con prints muy chulos y con un corte premamá, ya me he hecho con tres; camisetas básicas blancas, negras y grises, de tirantas o de manga corta, imprescindibles... Los precios, asequibles. Chicas premamás del mundo: OS ACONSEJO H&M PARA VUESTRAS COMPRAS PREMAMÁ. Lástima que no en todos los establecimientos tengan esta línea.

Benetton. Buenas oportunidades en rebajas.

Mit Mat Mamá. Esta tienda es especializada en premamás y está muy bien si tienes la cartera llena (pero de verdad, no como la llevaba yo al principio del post). De aqui tengo un peto original adquirido en rebajas. Nada más. Los vaqueros, chulísimos, pero de unos setenta euros, para mí, nada asequibles. Pero déjate mimar, no suele haber mucha gente y la chica te lo pone todo a tu disposición, te pruebas muchas cosas y sí, puedes acabar pincando algo. (Y sus escaparates te dejan con ganas de más).

El Corte Inglés. Bueno, ya no es lo que era, para bien. Quiero decir, antes "El Corte Inglés" era sinónimo de "¡Carooooo!", pero ahora puede ser un lugar más por el que ir sin ningún tipo de pudor. De forma normal, Fórmula Joven, Sfera, etc. te dan soluciones muy satisfactorias. Pero como no estamos en una situación "normal" (menos mal, porque estar embarazada es maravilloso, pero para lo que dura, no para más), pues voy a lo que voy. Que tenga yo entendido, "Alia" es su marca de premamá, al menos es la única que he visto. Lo malo de todo esto, es que cogí lo restos de rebajas y no había mucha variedad. La línea tampoco es muy extensa, pero en el catálogo de la Semana Fantástica he visto una camiseta naranja chulísima.

C&A. A pesar de que tienen una sección muy bien nutrida, no me gustó nada de lo que había. Qué le vamos a hacer, no es mi estilo. Aún así aconsejo dar una vueltecilla.

Prénatal. Igual que C&A. Tenían bastantes cosas, pero ni me terminó de convencer ni los precios eran los más adecuados.

Bueno, aquí han ido algunas pinceladas. La conclusión, la misma con la que comenzaba el post: las mujeres premamás estamos discriminadas. Es comprensible que no haya lo mismo en cantidad y calidad como lo hay de moda normal, pero un poquito de por favor, que somos mujeres y quizás nosotras necesitemos más que ninguna otra persona sentirnos más guapas.

Un apunte: para un vaquero, piérdele el cariño a un mínimo de 40 euros. Puede dar coraje, sobre todo porque no lo usarás de forma indefinida, sino solo por unos meses, pero es un aro por el que todas tenemos que pasar.

En otro post hablaré de la ropa interior, la gran olvidada.

Chaoo!!

PD: Y no te dejes llevar por los comentarios tipo: "No te compres mucho, para lo que dura", "Con dos pantalones, tienes de sobra". La gran señora M. fue una experta en estos comentarios, pero admitámoslo, ¿quién quiere ir retratada? No me voy a hacer con un armario completo de premamá, pero...

PPD: Aquí dejo unas muestras de mi pequeño armario premamá, faltan algunas cosillas (dos vaqueros, una camiseta y poco más).



sábado, 12 de marzo de 2011

¡Dame una de vacaciones!

Qué estupenda sensación es la de estar de vacaciones.

Casi casi me quedo con la sensación de ese último día de trabajo, ese último madrugón, esas ocho horas laborales en las que tu cuerpo está ya con la bandera bajada y haciendo fiesta por su cuenta. Todo te da lo mismo, miras a los demás con una sonrisa de oreja a oreja, piensas en la siesta que te vas a pegar porque mañana no hay que levantarse temprano... Es un lujo que, por ejemplo, los muy ricos que no tienen que trabajar a las ocho de la mañana, no tienen. No todo lo iban a tener, ¿no?

Pues así estoy yo desde ayer. Tanto es así que mi vida ayer se desarrolló como si fuera un sábado, y hoy... ¡¡Queda tanto para la reincorporación!! (En mi cabeza es mucho, pero en realidad es una semanita, ¡pero qué semanita!).

Podría hacerme la interesante y decir que en mi estado de incoherencia matemática, necesitaba estas vacaciones más que nadie, pero nooooo, da igual. Las hubiera agradecido igual siendo una, estando menos cansada, no teniendo pérdidas ni ahogos.

¡Ay! ¿No es mágica la palabra "vacaciones"?

Chaoo!!

PD: no quiero ni pensar qué pensaré cuando lea este post la tarde antes de incorporarme. Por si acaso, lo he organizado todo para que se autodestruya en un plazo de siete días,jejeje.

domingo, 6 de marzo de 2011

De pérdidas, retenciones y aumentos.

Me encuentro en el trimestre idílico del embarazo. Dejé atrás los primeros tres meses de incomodidades, dolores de regla y sueño, aunque esto último se ha hecho crónico no llega a los niveles anteriores.

Sin embargo, hay ciertos síntomas que hacen que plante los pies en el suelo y no me vaya por las nubes:

- Pérdidas. Las terribles pérdidas. ¿A cuántas de nosotras no le ha pasado alguna vez de forma normal en su vida diaria? A mí me ha pasado, seguro, pero de forma excepcional y siempre por mi culpa: ¿por qué teniendo un baño en el bar donde te estás tomando unas tapas decides esperar a llegar a casa? Nunca lo entenderé, pero me ha pasado muchas veces. Y sigues bebiendo tu Nestea (que sí, es té, te llena la vejiga más rápidamene); y sigues con las piernas cruzadas porque estás más cómoda a pesar de estar más constreñida; y mientras vas saliendo del bar hacia el coche estás pensando: "Estás perdiendo tu oportunidad". Vuelves corriendo y ya hay una cola de tres o cuatro chicas... "¡Venga, me voy que seguro que llego!". Llegar, llegas, por supuesto, pero ya se te ha escapado un pelín.

Ahora no. Ahora aprovechas cualquier momento para ir al baño, diría que aunque no tuviera ganas, pero nunca es así: siempre tienes ganas. Aún así, una tos o una carcajada más fuerte que otra te hace tener una pequeña pérdida. ¡Dios! Si entro en el baño una media de cien veces al día, ¿por qué? Menos mal que son tan pequeñas que no son perceptibles ni nada, solo yo me doy cuenta. Pero vislumbro a Tena Lady más cerca de lo que me gustaría.

- Retenciones. No me di cuenta de lo que realmente signficaba esta palabra hasta hace un par de semanas. Llegaba a casa un sábado por la noche después de una jornada intensa de trabajo (sí, sigo teniendo turnos de fin de semana) y tras un paseo igual de intenso por Ikea en busca de modelos de cómodas para la nueva habitación. Lo único que me daba alegría al rostro era un pantalón premamá chulísimo y un pañuelo más chulo aún que me compré en H&M. A parte de eso, mi agotamiento era más que evidente. Cuando me quité los calcetines, observé un fenómeno que despertó todos mis sentidos: los huesos de mis tobillos habían desaparecido.

Lanzo una pregunta: ¿por qué si voy mil veces al baño, se retienen líquidos durante el embarazo?

- Aumentos. Mi talla de sujetador ha subido, por ahora, una talla. Mi pequeña y coqueta talla 90 ha sido superada hasta llegar a una insospechada, para mí y para mi cuerpo, talla 95. Lo más bueno es que las envuelvo en un sujetador premamá: sin aros y sin foam (sin relleno, pero qué bien suena escribirlo como te viene en las cajitas de Woman Secret, ¿eh?). ¿Resultado? Son cómodos, pero al no tener rellenito, la forma es extraña (estoy acostumbrada a la forma aritificial y redondeada de mis sujetadores con foam). Esto también trae otra consecuencia: como haga algo de frío, los pezones se me señalan, algo que siempre me ha dado mucho coraje y mucha vergüenza. Al no tener aros, con el paso de las horas, no se mantiene del todo fijo. Es decir, son cómodos e incómodos a la vez.

Así que aquí estoy, con los pies en el suelo, aunque no dudéis que estoy disfrutando mogollón del estado. Digamos que estos elementos que parecieran de un producto bancario (pérdidas, retenciones y aumentos) no restan nada, o casi nada, a la sensación maravillosa de sentir cómo se mueve, de soñar como será y de ilusionarte con cada paso que das para darle la bienvenida. (Esto último me ha quedado ñoño, pero qué le vamos a hacer, esa es otra de las consecuencias del segundo trimestre de embarazo, la ñoñez).

Chaoo!!

martes, 1 de marzo de 2011

Un libro, un post

En mi anterior blog ya titulé así una entrada sobre la lectura de un libro, me gustó la combinación y hoy la vuelvo a utilizar.

El título del que voy a hablar hoy es "El puente invisible", un estupendo hallazgo que vino en forma de regalo de Navidad y que me ha dejado un sabor de boca más que agradable. Estaba anotado entre los mil papelitos que dejo por la mesa del escritorio en mis continuas búsquedas de títulos (mi lista de imprescindibles no es, ni mucho menos, una lista al uso, no. Mi lista de imprescindibles es una suerte de pequeñas anotaciones en poss-it, papelitos pequeños y hojas de cuaderno que se van amontonando por donde quiera que voy, desde el bolso hasta la mesa del despacho). Bien, el señor M. indagó entre esas anotaciones y no pudo elegir mejor.

No quiero hacer una descripción completa ni tampoco hablar mucho sobre el argumento porque no quiero desvelar absolutamente nada. ¿Por qué? Bueno, lo de no desvelar nada es pura consideración, pero siempre se agradece que te digan de qué va, al menos. Pero yo me enfrenté a este libro sin tener ni idea de lo que me esperaba al final (o a la mitad) y me quedé impresionada. Sin tiempo para leer, le hincaba el diente junto a la tostada de la mañana, diez o quince minutos de escasa lectura diaria. Hasta que un día me dio por cogerlo a deshora un fin de semana, llevaba menos de la mitad del libro, y en tres días me lo terminé.

Entro de lleno en él. Una historia de amor bonita y no muy al uso es la encargada de poner hilo argumental a toda la obra. Aunque esta es la protagonista, otros hilos argumentales se cruzan en el principal, por ejemplo, la de las familias de los protagonistas, sobre todo de él, Andras Levi; seguramente querremos un libro sobre la vida de su hermano Tibor, ¡seguro! O sobre la hija de ella. Un cuadro de secundarios completos, con voz propia y muy sólidos y de los que no se puede prescindir en absoluto. Nada sobra en esta novela, todo tiene un porqué y, aunque al principio nos preguntemos qué puede significar algo, seguro que más adelante vemos esa explicación.

La evolución de los personajes es gradual y coherente. Todo tan diferente al final, y sin embargo, tan lógico. No os desvelo nada si digo que la época en que se desarrolla la historia es en los años previos a la II Guerra Mundial, así que para mí tenía el éxito casi asegurado. Nada hace presagiar qué es lo que pasará después. Y hasta aquí puedo leer.

Quizás haya sido un post más de sensaciones que de descripciones concretas, pero es que quería mantener la sensación con la que leí el libro, no sabía en lo que me metía y así la sorpresa fue mayor. La sorpresa para bien.

Espero que os guste, es un libro voluminoso, pero en cuanto te engancha, se hace pequeño. Ya me iréis contando si dais el paso de leerlo.

Datos.
Título: "El puente invisible"
Autora: Julie Orringer.
Editoria: Lumen.
Precio: 21.90 euros.